Esta galleta de la fortuna de origami no tiene gluten, ni azúcar, ni carbohidratos, ni calorías. Añade un par de pliegues a este corazón de origami y obtendrás una encantadora galleta de papel que puede utilizarse como regalo para la fiesta.
Las galletas de la fortuna de origami y los corazones de la fortuna van bien juntos. Utiliza la galleta de la fortuna para insertar un mensaje y adjunta el corazón a una bolsita de té. ¡Estás listo para una fiesta de té!

Este es un ejemplo perfecto de cómo pequeñas transformaciones aplicadas a un modelo de origami existente pueden conducir a la creación de un nuevo modelo. En este caso, un corazón se transformó en una galleta de la fortuna. Al doblar el papel tenemos que mantener los ojos abiertos a las ideas creativas y a las nuevas posibilidades.
Puedes doblar esta galleta de la fortuna de papel desde el siguiente video tutorial. No es necesario ni pegamento ni tijeras.
Consejos y sugerencias para hacer la galleta de la fortuna de origami
- En el vídeo, la galleta se demuestra con papel de ordenador
- Cualquier papel fino y crujiente es ideal para usar en estas galletas. Para esta figura se puede utilizar papel de copia, kami, papel tant.
- Lo ideal es utilizar papel del mismo color por ambas caras.
- Utiliza un papel de color sólido. El tamaño ideal del papel (tamaño real de la galleta) es de unas 4,5 x 4,5 pulgadas o 11 x 11 cm.
Historia de las Galletas de la Fortuna: Una creación japonesa-americana
Aunque asociamos las galletas de la suerte con la comida china, son un invento estadounidense.
El verdadero inventor de las galletas de la fortuna sigue siendo un misterio, aunque varios inmigrantes japoneses de la California de principios del siglo XX se atribuyen su creación. La historia más comúnmente aceptada las atribuye a Makoto Hagiwara, que supuestamente las creó en 1914 en el Jardín de Té Japonés de San Francisco, aunque David Jung (1918, Los Ángeles), Seiichi Kito (1903, Los Ángeles) y Suyeichi Okamura (1906, San Francisco) también tienen afirmaciones convincentes.
Lo que es seguro es que estas icónicas golosinas fueron inventadas por inmigrantes japoneses en California, y no por inmigrantes chinos, como se cree comúnmente.
Sólo se popularizaron ampliamente después de que Edward Louie inventara la máquina de galletas de la suerte a finales de los años 60, lo que permitió la producción en masa de esta creación exclusivamente estadounidense.

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